En nuestro último artículo te mostramos los dos grandes grupos en que se pueden diferenciar los sistemas para regar el césped. Si ya tienes claro cuál es la forma idónea para tu jardín, es hora de saber qué técnica debes seguir para regarlo correctamente.
Conoce tu césped
No todos los césped requieren de la misma cantidad de agua, ni siquiera de la misma frecuencia de riego. Si tienes dudas, revisa las diferentes tipologías de césped que tienes a tu alcance según las semillas. En principio, debes regar cuando el césped lo necesite. Fíjate en el color que presenta la hierba: si es apagado-grisáceo, necesita agua; en cambio, si el color es pálido-amarillento, es sinónimo de que te estás pasando. Lo ideal es que tenga un verde intenso. También puedes prestar atención a si permanecen las pisadas durante mucho tiempo. En tal caso, es hora de regar el césped.
Cuánto y cómo regar el césped
Además de conocer el tipo de césped, debes tener en cuenta el terreno en el que se encuentra. Si es arenoso o tienes pendientes, debes usar más cantidad de agua; en cambio, en zonas de sombra o en terrenos arcillosos y compactos, la cantidad debe ser menor. Otro aspecto al que debes prestar atención es al riego en profundidad, ya que favorece el crecimiento de las raíces. Si lo haces de manera superficial (con poca cantidad de agua pero de manera más frecuente) conseguirás debilitarlo y hacerlo propenso a enfermedades. El riego en profundidad equivale a unos 20mm aproximadamente. Para calcularlo, tienes un truco muy interesante y sencillo en la web césped.es: consiste en calcular la media de tiempo que tardan tres recipientes a diferentes distancias del aspersor en llegar a los 20mm; así sabrás el tiempo que necesitas para hacerlo correctamente.
Por último, intenta que el agua llegue a la hierba simulando una lluvia suave (se repartirá de una forma más homogénea y dará tiempo a que penetre en el suelo). Espera a que el césped se seque antes de volver a regarlo. Para ahorrar un poco de agua y no dañar la planta, evita las horas de sol fuerte. Lo ideal sería regar el césped por la mañana o en el atardecer/de noche. Si pones en práctica todas las ideas que te hemos comentado, verás como dentro de poco tendrás un césped fuerte y sano.